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  1. Las puertas de seda - Olalla García

    jueves, 13 de octubre de 2011



    Acabo de regresar del imperio sasánida con una guía de excepción, Olalla García, por obra y gracia de su segunda novela,
    Las puertas de seda (Espasa, 2007). Es una novela histórica ambientada en la Persia del siglo I d. de C. La historia se desarrolla concretamente en el año 259 d. de C., cuando el emperador Valeriano y Sapor, rey de reyes, se enfrentaron en una batalla que reestructuraría los limes del imperio romano.

    Lo mejor de esta novela son los giros de su trama y sus personajes. Sin duda. Los protagonistas son dos hermanos antioquenos, Eurímaco y Heraclea, que tendrán que iniciar su particular viaje de iniciación en la vida para acabar siendo quienes realmente son. He leído en algún sitio una frase:
    "Eurímaco se alistará en el ejército romano y Heraclea tendrá que sobrevivir en un harén persa". Sí. Es indiscutible; sucede eso. Sin embargo, no es suficiente, está muy lejos de trasmitir por lo que pasan estos personajes. Hay que conocerles personalmente. Y aviso que Olalla García no se anda con paños calientes a la hora de poner a prueba a sus criaturas. Hay encuentros, desencuentros, búsquedas, hallazgos y pérdidas, muchas perdidas de todo tipo, clase y condición -algunas de las cuales incluso al lector más avisado le pueden pillar por sorpresa-. Hay giros en la trama que me han pillado desprevenida en más de un párrafo o capítulo. Y una de dos: o a mí me faltan trabas o es que realmente son soberbios.

    Hay un personaje en concreto, Temistio, más conocido como Ocípodo, que...
    Pero no.
    Qué ley.
    Sufre, lector, y descúbrelo por tí mismo para poder juzgar la historia de Ocípodo. Merece. Y ojo, que se trata de un personaje secundario, ¡qué no pasará entonces con los principales! Me ha parecido una novela con una intriga inteligente, suspense estratégico (algunos pasajes son desaconsejables para cardíacos), con una muy buena ambientación histórica (¡he buscado mapas!, hasta ese punto me ha arrastrado) y de personajes inolvidables que se gastan un sentido del humor de esos que arrancan más de una sonrisa de complicidad.
    Y eso, la verdad, se agradece.
    Éso, y el amor por la palabra, que Olalla derrocha a manos llenas.

    Para mí ha sido todo un descubrimiento; tanto, que ya ando tras su última novela,
    El jardín de Hipatia (Espasa, 2009).

    ¡Así que por todos los deván de Ahrimán!, espero que la leáis y juzguéis vosotros mísmos.
    Que Ohzmad os ilumine.