Emma Bovary en el museo de Louis Couperus
El amarillo se asocia al adulterio cuando se rompen los vínculos sagrados del matrimonio, a imagen de los lazos del amor divino, rotos por Lucifer.Chevalier, Jean & Gheerbrant, Alain. : Diccionario de símbolos, ed . Herder.2003.
Desde luego Lucifer, cómo no:
- "¡Quién te trae por aquí?" - preguntó Rodolphe.
- "El diablo"- respondió Emma.
Cuando se lee Madame Bovary (1857) de Gustave Flaubert hay algo que llama la atención -sobretodo teniendo en cuenta que Flaubert jamás dejaba ni un cabo suelto en sus obras-: la presencia del color amarillo en la vida de Emma Bovary. Ese color está en todas partes: desde las cortinas que dejan pasar "suavemente una densa luz rubia", hasta los vestidos y guantes, sin olvidar el paisaje e incluso la famosa Golondrina, el coche que tantas veces la llevó hacia los brazos de Leon Dupois en Rouan, era un enorme armatoste de color amarillo.
Uno de los instantes en los que el color amarillo da claras muestras del porvenir adúltero que anuncia es cuando Emma ve por primera vez a Rodolphe Boulanger. Él lleva guantes amarillos, mientras que ella viste un vestido amarillo. En el primer contacto de estos futuros amantes, ambos quedan unidos por el color amarillo. Flaubert nos llama la atención sobre el detalle del vestido de Emma:
"Emma (...) en el movimiento que hizo al inclinarse el vestido (era un vestido de cuatro volantes, amarillo, largo de talle, ancho de falda), el vestido se extendió en torno a ella sobre los ladrillos de la sala; y como Emma, acurrucada, vacilara un poco apartando los brazos, los bullones de la tela se hundían a intervalos, según las inflexiones de su corpiño."
¿Y las cortinillas de lona amarilla del coche en el que Emma y Leon hacen el amor en un eterno paseo por toda la ciudad?
Y el golpe final: el papel donde Emma lee que sus muebles están en venta, por deudas, es amarillo. El culmen. El amarillo de la traición que se halla para Emma en los momentos de prometedoras pasiones y futuras desgracias.
Otra heroína que comete adulterio es Effi Briest (Theodor Fontane, 1895). Mientras en el capítulo XVII ella pasea a caballo con Crampas el narrador llama la atención sobre
"el amarillo chillón de las siemprevivas" que "resaltaba nítidamente pese a su afinidad cromática, contra el amarillo de la arena de la que habían brotado"
O en el capítulo VII de La Regenta (1884-85) de Leopoldo Alas Clarín, cuando Álvaro Mesía medita sobre el lugar idóneo de encuentro con Ana Ozores y de forma inevitable piensa que ese encuentro
"Había de ser en el salón amarillo, en el célebre salón amarillo"
de los Vegallana, en el que tantos tejemanejes amorosos se llevaban a cuentas, nacían y se deshacían...
Muy interesante, Hypathia, si un día releo Madame Bovary, o consigo -al fin- Effi Briest, sin duda lo voy a hacer con cierto color en la mirada. :)
Abrazos.
¡Gracias, Andrómeda!
¡Así sacaremos más punta al tema! Pero mira, en marzo publican Effi Briest, en la ed. Debolsillo, es solo cuestión de paciencia, ya sabes... Casi la primera regla si te gustan los libros. =_=
¡Besos!
Que curioso lo que cuentas...no pensé que un color pudiera decir tanto. Por cierto, me apellido "gualda" que significa amarillo...será significativo en mi vida?? (jejeje).
En fin...eso de quedarme en algunos detalles y ver las similitudes me gusta muchísimo. Hace años que no leo Madame Bobary!!
Un saludo!! ha sido un placer pasar por aquí!
¡Qué alegría, Hypathia!, seguro llegará pronto a estos lares (al menos no pasará de este año). XDD
María, cuidado con ese apellido... Je je...
¡¡Abrazos, chicas!!
Y si no llega, ¡ya haremos que llegue! Trabas a nosotras. ¡Bah! ¡Jajajaja!
Las lecturas que hiciste dejaron poso, ¿eh? Es que el tema tiene mucha tela que cortar.
Lo que me asombra es lo observadora que has sido con eso del color amarillo. Es todo un detallazo esto que nos cuentas. Muchísimas gracias y un besazo. XD.
¡Hola, Lola!
Tanto que dejaron poso, me lo pasé de vicio haciendo aquel artículo. Y eso que tuve que dejar algunas obras en el tintero. =_=
Con esto del amarillo hay incluso más detalles que tendré que ir buscando en las notas que tomé. Como releí primero el de Flaubert y en esa novela está por doquier, cuando leí el resto saltaba solo a la vista.
¡Gracias, guapísima! ¡¡Un abrazo!!
Algún comentario tuyo he leído antes al respecto, aunque no puedo recordar dónde. No sé si en el foro o en la revista. Desde luego la presencia del amarillo en estos libros resulta al menos llamativa. De paso me has recordado el ensayo de Luis Antonio de Villena, Corsarios de guante amarillo, que me regaló hace un tiempo una amiga común.
¡Saludos!