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  1. Bel Ami - Guy de Maupassant

    viernes, 23 de julio de 2010

    Bel-Ami (1885)


    George Duroy, que ostenta con orgullo el sobrenombre de Bel Ami - traducirlo sería un insulto para el lector- es el paradigma del "trepa" que alcanza un deslumbrante éxito social sirviéndose de las mujeres. De ser un don nadie cuyas perspectivas en la vida apenas iban más allá de ser mozo de cuadra, a multimillonario en apenas 3 años.

    Bel Ami medra en un medio en el que es un absoluto neófito: el periodísmo. Pero éso es solo lo externo, la pátina que recubre y esconde la esencia, la excusa mediante la cual Duroy seduce, engaña y manipula a su antojo y beneficio las conquistas amorosas que va cosechando a lo largo de la novela. Éstas conquistas son 5 mujeres: dos esposas, Madeleine Forestier y Suzanne Walter, y tres amantes, una tal Rachel, del Folies Bergère -la única con la que se muestra inexperto, por ser de las primeras-, Clotilde Marelle y Mme. Walter.

    No obstante, habría que ver hasta qué punto son "conquistas" de Bel Ami, y no al revés, pues son ellas quienes le eligen y él quien decide dar el primer paso. Después son ellas quienes les allanan y despejan el camino.

    Si tenemos presente que a finales del XIX la mujer está totalmente delimitada socialmente en su papel, ya sea como madre, esposa o hija, pero siempre dependiente del hombre, no deja de llamar la atención el tratamiento que Maupassant le da en esta novela. Todas ellas tienen sus propios caracteres y actúan conforme a sus creencias, son individualidades, viven sus pasiones de forma autónoma, independiente del medio en el que viven atadas, y ni los maridos ni los hijos las estorban para desatar sus
    deseos eróticos. Así, Mme. Walter, que no es precisamente un dechado de orgullo femenino, pierde la cabeza por Duroy, pero su medio -su marido, sus hijas, sus amistades- no le supone un obstáculo. Y eso que es un ejemplo perfecto de lo que para Ortega era el estar enamorado, es decir, Mme. Walter vive en un continuo estado de idiotez. ¿Y qué decir de Clotilde de Marelle? Tras la más indigna humillación aún tiene el coraje de presentarse a sí misma como ofrenda en altar ajeno y como regalo de bodas para uso exclusivo del novio. Es el placer por el placer, sin complicaciones. Es una mujer libre, desinhibida, experimenada en cuestiones de sexo y que sabe lo que quiere. Tiene marido, pero como si no. Clotilde recuerda mucho a la primera mujer de Duroy, Madeleine Forestier, aunque posiblemente ésta sea la mujer de personalidad más arrolladora y más fascinante de la novela. Es inteligente, segura de sí misma, con un apabullante control sobre sí mísma -recordad la escena de la herencia del conde de Vaudrec, o el desparpajo que muestra cuando es pillada in fraganti con Laroche Mathieu-, brillante articulísta, femenina, dulce, independiente, otra mujer de ideas claras que sabe lo que quiere y no se anda con tapujos para conseguirlo. Y fuma. Es la única mujer que fuma, en la novela. Fuma y escribe los artículos de sus maridos, quienes no pueden menos que respetarla y temerla, sentirse apabullados y en deuda con ella. Y Bel Ami no será menos, pero dados sus escasos escrúpulos...La contraposición de Clotilde y de Madeleine se halla en Mme. Walter y en su hija, Suzanne. Si Clotilde es el sexo desaforado, el placer por el placer de la conquista fácil, la reprimida Mme. Walter será la conquista dificil. Para ella Bel Ami provoca cambio radical en la vida, ¡nada menos que el descubrimiento del placer erótico!, mientras que para Duroy es solo un episodio más, una aventurilla que pierde lustre cuando la mujer es conquistada. Ella, Mme. Walter, es la que sale peor parada. ¿Por qué? ¿Por sus faltas creencias religiosas? Al soliloquio de Duroy, en el capítulo 4 de la 2ª parte me remito...El caso es que si hasta el momento el lector no consideraba la mezquindad de Duroy, tras esta fase de su vida, en la que se dedica a las mujeres Walter, ya es inevitable. Mientras asciende socialmente, más bajo y despreciable es a nivel moral. Si Suzanne Walter, que aparece como una representación del romanticismo y de la inocente frescura de la mujer virgen, no es capaz de reformarle, ella, que representa la pureza, ya nada lo hará. Para él es solo una muñeca y una cifra. Una mujer que aún no le da problemas, fácil de moldear, una tábula rasa. Sería interesante ver la evolución de Suzanne en ése matrimonio. ¡Acabaría siendo como su madre o como Clotilde? ¿O tal vez como Madeleine?...
    George Duroy, ése Bel Ami, se me antoja un donjuan sin lucha, sin pena ni gloria, un donjuan de fáciles estrategias y muy escasos recursos. Como colofón, cito un pasaje de El custodio de Anthony Trollope que hace unos días me recordó a Bel Ami, por lo sorprendente de su capacidad de seducción sin apenas mover un dedo. El pasaje en cuestión es el siguiente:


    Se dice que un corazón pusilánime nunca conquistó a una mujer hermosa; y a mí me parece asombroso que se llegue a conquistar a mujeres hermosas, ¡cuando los corazones de los hombres son con frecuencia tan pusilánimes! Si no fuese por la bondad de la naturaleza femenina, que, al ver nuestra falta de valor, hace que, en ocasiones, las mujeres desciendan de su inexpugnable fortaleza y nos ayuden a consumar su propia derrota, con demasiada frecuencia escaparían invictas, aunque no ilesas; sin ataduras para el cuerpo, pero con el corazón magullado.
    El custodio de Anthony Trollope. Ed. Alfaguara, 2004. Cap. VII, pág. 101.



    Guy de Maupassant (1850 - 1893)


  2. 7 comentarios:

    1. Lola dijo...

      Las mujeres caían a sus pies, y debía ser más por su físico, sobretodo por ese maravilloso bigote que mencionan a lo largo de todo el libro. Otro gallo le hubiera cantado de ser un tío feucho, pero entonces ya no sería bel ami. ;)

    2. ¡Anda que no, Lola! Por eso mismo creo que me resistiré con garras y colmillos a ver la versión protagonizada por Pattison... =_=
      Un beso, guapa!

    3. María dijo...

      Es un placer pasar por aquí!!! No conocía nada de este Sr. No creo que lo lea...de momento. Estoy enfandada por no decir algo peor, con estos hombres que se aprovechan de las mujeres...(también de las mujeres que se aprovechan de los hombres...pero últimamente estoy más enfadada con lo anterior).
      Una entrada fabulosa. Descriptiva, y a pesar de que no creo que lo lea...me ha resultado de lo más interesante conocer de su existencia.
      Un abrazo grande!!!

    4. Sue_Storm dijo...

      Magnífica reseña para una de mis novelas favoritas. Yo también me he preguntado más de una vez por el futuro de Suzanne. Y la verdadera protagonista del libro es, para mí, Madeleine. ¡Eso es sangre fría y lo demás son cuentos! Un abrazo.

    5. RebecaTz dijo...

      Este no lo he leído, Hyp, pero me parece muy interesante lo que comentas acerca de las mujeres.
      Muy buena reseña, me encantó también la cita de Trollope.
      Besos.

    6. ¡María, Su, Andrómeda! ^_^

      Andrómeda, ¿cómo es que no lo leíste? Anda que una reseña tuya de éste, no debe ser nada... jejejee... ¡Anímate!

      De verdad que Madeleine hubiera merecido una novela aparte.

      ¡Un abrazo muy fuerte, chicas!

    7. Bel Amie, jajaja, es un encanto, Creo tambien que la verdadera protagonista es Madeleine, es en el fondo ella quien juega con los hombres, quien lo usa como instrumento para sus fines.
      Me gusta tanto como la Lea del Cherie de Colette.

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